
Free Tour Lisboa
Déjate seducir por el encanto de Lisboa
El palacio nacional de Ajuda. Historia de una joya escondida
El Monasterio de los Jerónimos, la Catedral, la Plaza del Comercio, la torre de Belém… Parece que ya conoces los grandes monumentos de Lisboa… Pero siempre, hay algo que se queda sin ver en un viaje a la capital de Portugal. Tanto si llegas por primera vez como si te apetecía volver a una preciosa ciudad llena de luz y color, te queda mucho por conocer. Hoy te proponemos un paseo por el palacio nacional de Ajuda. Se trata de una residencia de la realeza portuguesa que tuvo su esplendor durante el siglo XIX. Una joya escondida de estilo neoclásico.
El palacio es el magnífico resultado de una arquitectura al servicio de la monarquía. Cada estancia nos muestra el reflejo del pasado, con todo el lujo y esplendor de la corte, en unos tiempos en que el poder colonial, la nobleza y el dinero eran la piedra angular de un reino que se transformó en República pocos años más tarde. Ahora es un museo que exhibe toda la grandeza del pasado y recibe a turistas de todo el mundo. Queremos mostrarte unas pinceladas del palacio y de la historia de Portugal. Vamos a conocer un tesoro escondido en Lisboa, solo tienes que seguir leyendo…
Un poquito de historia…entre palacios
Si pudiéramos entrar por una puerta al pasado al igual que los miembros del “Ministerio del tiempo”, llegaríamos directamente a noviembre de 1795, cuando se estaba colocando la primera piedra del palacio de Ajuda, en una Lisboa todavía en reconstrucción tras el gran Terremoto de 1755, el más importante de la historia europea. El seísmo destrozó el palacio de la Ribeira situado en el mismo lugar del que parte nuestro Free Tour, la Plaza del Comercio.
Los reyes construyeron inmediatamente un palacio en la colina de Ajuda, hecho completamente de madera, pues el rey Joao I se negó a vivir en un edificio de “piedra y cal”. Durante 30 años allí vivió la familia real con todo lujo, ya que el dinero llegaba principalmente de Brasil, la colonia que desarrolló la economía del Portugal de la Ilustración. El área se volvió tan importante, que el famoso Marqués de Pombal construyo allí un jardín botánico que todavía puedes visitar.
En 1794 un incendio destrozó completamente el gran palacio de madera, conocido como la Barraca Real debido a su material de construcción. La familia real tenía una gran posesión en la cercana localidad de Queluz (atentos al blog que en breve publicaremos más sobre este palacio). Allí estarían varios años, hasta que la reina María enloquece y su hijo Joao VI se pone manos a la obra, contratando a los mejores arquitectos de la época para levantar un palacio en estilo barroco, con referencias a la mitología y a la nación portuguesa en cada rincón. Un palacio al gusto de la época, levantado con los mejores materiales y cuya decoración y obras de arte, son sin duda la joya de la corona.
Un palacio acabado ¡en 2020!
Las joyas de la realeza tendrán su espacio propio cuando el recinto vuelva a reabrir en condiciones seguras este verano. Y es que el palacio está concluyendo sus obras este mismo año con la construcción de una gran cámara acorazada o caja fuerte donde se exhibirá el Tesoro Real, las gemas y obras de arte más importantes de la monarquía portuguesa. Con el levantamiento de esta nueva ala, los trabajos en Ajuda concluyen finalmente, pues durante los años en que estuvo habitado por los reyes fue una obra a medio terminar.
Como decíamos más arriba, Joao VI pone la primera piedra en 1795, pero el palacio de Ajuda sufre modificaciones en su planta inicial, la arquitectura cambia y se pasa al estilo neoclásico. Además, el lugar no reúne las condiciones de habitabilidad necesarias, por lo que durante los primeros 60 años de su historia, la familia real se mueve entre diferentes propiedades como el palacio das Necesidades, más cercano al centro de Lisboa. El palacio de Ajuda se convierte en un lugar de recreo en las afueras, la guerra de la independencia hace huir a la familia real a Brasil y más tarde una guerra civil destroza Portugal. No había mucha esperanza de habitar el lugar, hasta que llegó una infección que lo trastocó todo.
Una pandemia de otros tiempos
La familia real sufre una tragedia en 1861, cuando las fiebres tifoideas hacen estragos con los infantes y el propio rey. Otro de los hijos, Don Luis, se encontraba de viaje así que no se contagió de la enfermedad. Cuando regresó a Lisboa fue aclamado rey, debido a la muerte de todos sus hermanos en el palacio das Necesidades. Las autoridades y la superstición de la época aconsejaron al nuevo monarca alojarse en otro palacio, para alejarse de la epidemia que había destrozado a su familia. En ese momento, comienzan las mejoras en el recinto de Ajuda para adaptarse a los nuevos tiempos y al nacimiento de futuros infantes y reyes.
¿A que no lo sabías?
La fiebre tifoidea es una enfermedad infecciosa producida por la salmonella. A lo largo de la historia ha causado pandemias y millones de muertos. En la actualidad está erradicada en los países desarrollados, pero por desgracia, infecta a unos 22 millones de personas al año, con más de 200000 muertes anuales, especialmente en el sureste asiático.
Tiempo de cambios
Poco después de su aclamación como rey, Luis I se casa con María Pía, la hija del primer monarca de Italia. El palacio de Ajuda se convierte así en palacio real y la nueva reina exige inmediatamente que se hagan obras y se cambie la decoración, por algo a su gusto. El lujo y detalles de las mansiones italianas y francesas estaba entre las ideas de la nueva reina para convertir su casa en uno de los palacios más impresionantes de toda la realeza europea.
Los nuevos aposentos adquieren un estilo italianizante y los reyes levantan nuevas salas para el ocio que todavía se pueden conocer en una visita al palacio. Algunos de estos ejemplos los podemos ver en el magnífico belén, único en el mundo. También destacan la sala azul, la sala de la música, el jardín de invierno o la capilla, donde se encuentra la única obra del famoso pintor “El Greco” que existe en Portugal.
El lujoso palacio real de Ajuda será la casa desde la cual Luis I impartirá un reinado próspero y con bastantes libertades para el pueblo. Finalmente fallece en 1889 y los príncipes herederos se habían mudado al Palacio de Belém, pero su esposa seguirá viviendo en Ajuda, palacio inacabado que se utilizaba para las ceremonias reales o los banquetes de estado.
Pero todo vuelve a cambiar una mañana de octubre de 1910, cuando la monarquía cae, y se instaura la República portuguesa. La reina madre abandona el palacio y se exiliará junto a toda la familia real. El palacio pasa a ser así propiedad del nuevo régimen que llevará todas las obras de arte de otros palacios hasta Ajuda, donde fueron inventariadas y clasificadas. El museo abre sus puertas al público en 1968 y desde entonces ha sufrido varias obras. Los trabajos actuales están a punto de concluir y este verano se abrirá el nuevo acceso, para que disfrutemos de todo su esplendor, en un recinto completamente acabado con una nueva e imponente fachada modernista. Mientras tanto, no dudes en visitar el museo y sorprenderte en su interior.
Consejos útiles:
Llegar hasta el palacio de Ajuda y visitar su museo es muy sencillo. La mejor opción es tomar un autobús. Una de las líneas que te deja en la puerta es la 760, con salida desde el centro de Lisboa y paradas en diversos puntos turísticos como el Mercado da Ribeira. Otra opción es el 742, que recorre toda la ciudad por el norte desde Ajuda hasta Santa Apolonia con parada en el LX Factory, un espacio de ocio muy concurrido. Ambas líneas tienen conexión con paradas de metro y la frecuencia es de 15 minutos. El viaje cuesta 2 euros sino tienes tarjeta de transporte.
El horario de visita del Palacio Nacional es de 10 a 18, con la última entrada a las 17:30, aunque te aconsejamos ir a mediodía, cuando suele haber muy poca gente. Los jueves permanece cerrado. El precio de una entrada es de 5 euros y la visita suele durar unos 45 minutos.
Visitar el palacio de Ajuda puede ser un complemento perfecto al Tour de Belém y el Tajo. La localización del palacio y el cercano jardín botánico son sin duda un motivo más para pasear por Belém, Restelo y Ajuda, maravillosos barrios llenos de historia y el color característico de los edificios lisboetas. Ven con nosotros a conocer los monumentos clasificados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, disfruta de un paseo en tren y prueba un famosísimo pastel de Belém sin hacer filas ¿A que estas esperando? ¡Reserva ya! Busca nuestros paraguas verdes en la Plaza del Comercio y comienza a disfrutar de Lisboa ¿Te lo vas a perder?