
Free Tour Lisboa
Déjate seducir por el encanto de Lisboa
La más antigua de Lisboa
La estación de Santa Apolonia, entre el río Tajo y la Alfama, es la más antigua de la ciudad. Considerada como un importante nudo de comunicaciones, ha sabido adaptarse al paso del tiempo desde sus inicios hasta hoy en día. El edificio, renovado en varias ocasiones, alberga las comunicaciones entre Lisboa y el este de Portugal. Además, es la estación a la que llegan los trenes que provienen de España. Sigue leyendo y podrás conocer un poquito más de su historia y anécdotas ¿No te pica la curiosidad?...
Estación de Santa Apolonia: su historia
La nueva terminal se proyecta ya a mediados del siglo XIX, cuando el ministerio de obras públicas comienza a construir las vías de ferrocarril entre Lisboa y Carregado, una localidad situada a 36 kilómetros de la capital. Anteriormente los viajes se hacían en barco para atravesar el río (no existían los puentes actuales) y desde la otra orilla se tomaban diligencias. El primer tren de Portugal circulaba ya en 1856 y los pasajeros utilizaban unos barracones de madera que servían como estación provisional. El viaje inaugural de los reyes de Portugal fue un fracaso, pues al llegar a Carregado la locomotora dejó de funcionar y hubieron de fletar una segunda maquinaria desde Lisboa para el viaje de vuelta de la familia real hasta el apeadero situado en el Arsenal del Ejército. Este primer apeadero, muy cercano al convento de Santa Apolonia, era conocido como Cais dos Soldados. La palabra cais significa muelle, y es que hasta aquí llegaban los barcos, justo a las instalaciones militares en donde se encontraba la estación provisional, germen de la estación de Santa Apolonia.
Ya en 1860 se crea la Companhia Real dos caminhos do ferro, pionera en la construcción de nuevas vías y estaciones. En 1863 se logra unir Portugal con España, cuando las primeras locomotoras a vapor llegan hasta Badajoz. Dos años más tarde, concretamente el 1 de mayo de 1865, se inaugura la estación de Santa Apolonia. El origen del nombre tiene mucho que ver con el convento, un recinto abandonado a mediados de siglo y que sirvió como sede a la compañía de ferrocarriles de Portugal, desde cuyas oficinas comenzó el proyecto de la nueva terminal.
¿A que no lo sabías?
Santa Apolonia fue una mártir cristiana perseguida en Egipto allá por el siglo III. Obligada a abjurar de su fe por los soldados romanos, ella prefirió la tortura antes que rechazar el cristianismo. La leyenda cuenta que sus dientes fueron arrancados uno a uno. Sería condenada a la hoguera, pero en el último momento pidió ser desatada. Cuando los romanos pensaban que iba a reclamar libertad se lanzó al fuego, siendo protegida por Dios, quien la mantuvo intacta. Los soldados la sacaron de la hoguera y finalmente la degollaron. Su figura cayó en el olvido, hasta que en la Edad Media vuelve a recordarse y su onomástica se celebra cada 9 de febrero. Es representada con unas pinzas que sostienen un diente de oro, y por ello es considerada como la patrona de los odontólogos y se recurre a ella cuando duelen las muelas.
La nueva arquitectura
Si regresamos al momento de construcción de la estación con nombre de santa, entenderemos que los arquitectos de la época estaban aplicando los materiales de moda. El hierro forjado y el cristal eran los elementos más representativos de esta nueva corriente, que tiene grandes modelos en el Palacio de Cristal de Madrid -al estilo victoriano- o la Torre Eiffel de París. Uno de los ejemplos más cercanos a este tipo de arquitectura en Lisboa, es el famoso Elevador de Santa Justa, que conocerás en nuestro Free Tour.
Las obras de la nueva estación se alargan durante 7 años, utilizándose también el ladrillo, la piedra y la madera. La portada de Santa Apolonia es de estilo neoclásico, aunando el gusto de la época. Es importante destacar, que la nueva estación no solo se configura para los trenes, sino que se construye a su vez una terminal fluvial. La primera fotografía de la estación muestra como el río Tajo tocaba con sus aguas la parte lateral de la terminal.
Uno de los hitos más importantes llegará en 1877, cuando se construye el hermosísimo puente de María Pía en Oporto. La obra de hierro forjado permitió atravesar el río Duero y comunicar la ciudad más importante del norte del país con la capital, llegando hasta Santa Apolonia.
La estación sufre algunas modificaciones, y la construcción de la hermosa terminal de Rossio o la nueva estación de Cais do Sodré, relegaron a la estación de Santa Apolonia a un segundo plano. La llegada de los trenes internacionales desde los años 50 del siglo XX modifica de nuevo la obra original. En aquel entonces levantaron una segunda planta, se ganó terreno al río Tajo para la construcción de una nueva avenida y se ampliaron las dársenas para la llegada de nuevos trenes de mercancías y pasajeros provenientes del extranjero.
Un moderno cruce de caminos
Además de los trenes internacionales provenientes de Francia o Suiza, hasta aquí llega todavía el tren-hotel Lusitania, que sale cada noche de las dos capitales en ambos sentidos. Este hecho y la llegada de los mochileros a través del interrail hizo que la estación se modernizase con una nueva taquilla para extranjeros donde siempre hay agentes que te ayudarán en inglés o español.
Además de esto, la terminal cada día se quedaba más pequeña debido al tránsito de trabajadores que viven en el extrarradio. La comunicación con el resto de la capital se hacía mediante tranvía o autobús. Por ello, los gestores de Metro de Lisboa proyectan en 1997 la inclusión de una parada de metro en el interior del edificio. La cercanía al río hizo que el agua acabase una y otra vez con los planes originales. Los constantes drenajes eran insuficientes y hubo que esperar 10 años, hasta diciembre de 2007 cuando se inaugura la estación de metro, al mismo tiempo que la parada de Plaza de Comercio, Terreiro do Paço, también muy afectada por la penetración del agua en el subsuelo.
Desde entonces y hasta hoy día, la estación alberga la línea azul de metro, que parte desde este lugar pasando por la Baixa, Restauradores, Marqués de Pombal o el estadio da Luz, la casa del Benfica. No olvides preguntar a nuestros guías cualquier duda para moverte por Lisboa.
Santa Apolonia se ha convertido en un punto de conexión de pasajeros, especialmente con el Barrio de la Alfama. Por sus andenes pasan a diario miles de trabajadores que viven en los alrededores de la capital, también viajeros del este del país o turistas españoles y extranjeros. Pero… ¿Tú también quieres sentirte un viajero? Entonces aprovecha el tiempo en Lisboa y saca partido a tu visita.
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